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La vida cara del pequeño Principado de Mónaco

Este pequeño principado se encuentra en el sur de Francia, en la zona conocida por todos como la Costa Azul. Mónacono tiene sus propios lagos, ríos y bosques, pero hay una gran cantidad de parques, arboledas y jardines paisajísticos. El Principado cuenta con trescientos días de sol al año, y el clima templado de tipo mediterráneo es mejor que nunca para el cultivo de cultivos como olivos, olivos, árboles frutales.

Mónaco tiene un solo partido político gobernante, la Unión Nacional Democrática, otros partidos están prohibidos en el principado Convertirse en miembro de pleno derecho del estado no es lo suficientemente fácil: debe vivir en el territorio durante más de diez años. Sin embargo, los ciudadanos tienen una serie de privilegios, como la ausencia de impuestos y tasas.

El desarrollo de las infraestructuras del Principado comenzó activamente en el siglo XIX, cuando se generalizó la construcción de hoteles y restaurantes, y los recursos recreativos atrajeron a turistas de todo el mundo. En 1861, se abrió el primer casino en Mónaco. Gente rica de todo el mundo vino a probar suerte.

La industria del juego se desarrolló a un ritmo tremendo , la casa de juego Monte Carlo pronto se convirtió en una ciudad de juego completa. Sin embargo, ahora, por extraño que parezca, la industria del juego genera solo el tres por ciento de los ingresos totales del país. El Principado obtiene importantes beneficios de la colocación de capital extranjero en su territorio y del registro de empresas de inversión e instituciones bancarias. Mónaco es considerado el país más seguro del mundo. Cerca de 400 policías están de guardia y casi todos los rincones del país están monitoreados por cámaras de video.

La vida en el principado es muy cara. Los bienes raíces, la educación y la atención médica están fuera del alcance del europeo medio. Por lo tanto, los residentes trabajan los 340 días del año, a veces durante 15 años sin vacaciones, para poder brindarles a ellos y a sus familias condiciones de vida dignas.

Junto con los cálidos balnearios y la presencia De una gran cantidad de casinos, Monte Carlo es famoso por otra acción. Cada primavera, los habitantes de la ciudad se estremecen por el estruendo de las bolas de fuego, porque es aquí donde se lleva a cabo la famosa competencia de autos de carreras de Fórmula 1. Las pistas de carreras se colocan directamente en las calles residenciales de la ciudad, que se caracterizan por una aceleración limitada y una gran cantidad de giros. No en vano, el Gran Premio se llama la “carrera de las mil vueltas”.